AltaVista en sus inicios |
Cuando supe de Google, por recomendación de mi profesor de Física, quise probarlo sin sospechar que me dirigía a un abismo del que no podría escapar muy facilmente.
Caí en sus garras no solo con su buscador, sino conforme presentó sus productos fui siendo presa de ese gran monstruo de la información.
Todo lo que necesitaba me lo daba Google. Podía ver videos en Youtube, gtalk vino a cubrir las necesidades de chatear que MSN por su estilo dejó de interesarme, y muchos trabajos universitarios los confeccioné íntegros en google docs.
Era adicto a Google, era mi dios en el mundo de la computación.
Google en 1998 |
Era adicto a Google, era mi dios en el mundo de la computación.
Pero que salvada cuando esa relación de amor / dependencia fue perdiendo fuerza. Vino a mi rescate el maravilloso facebook, que me empezó a recomendar lo que quería leer sin tener que buscarlo por mis medios (con lo bueno y lo malo que eso significa).
Que alegría saber que ya no era adicto a Google. Lo que no me había dado cuenta, era que mi adicción no se destruyó, sino que se transformó. Era adicto a Facebook.
Que alegría saber que ya no era adicto a Google. Lo que no me había dado cuenta, era que mi adicción no se destruyó, sino que se transformó. Era adicto a Facebook.
Y así me fui adentrando hacia lo profundo. Caí en Twitter, que le robó a los medios tradicionales, la primicia de las noticias. Cualquier acontecimiento será difundido en esa red social.
Al igual que mis padres encendían la radio cuando se escuchaba la sirena de los bomberos, yo accedía a Twitter para enterarme hasta la dirección exacta del lugar del siniestro.
Al igual que mis padres encendían la radio cuando se escuchaba la sirena de los bomberos, yo accedía a Twitter para enterarme hasta la dirección exacta del lugar del siniestro.
Muchos ejemplos podría dar de cómo internet ha cambiado nuestros hábitos, y estilos de vida, pero el mejor ejemplo es que usted me está leyendo, sin necesidad de que yo trabaje en un periódico famoso, sin necesariamente conocerle. Hoy cualquier persona puede expresarse en Internet.
Eso significa que la información ahora nos pertenece, ya no es algo exclusivo de los grandes medios, o de la clase política. Ahora nosotros decidimos a quien creerle. Ya no seremos más un mundo manipulable.
Participe, es su derecho.
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